La Venganza De Rojas I Spanish.


by Jojo <Jojo4@mailcity.com>

"Bien, la clase se ha acabado por hoy. Una última cosa, por favor, que Canales y Rojas hagan el favor de quedarse en clase. Quiero hablar con ustedes un momento."

El bullicio lleno la clase, todos los alumnos se apresuraron a salir, excepto Canales y Rojas, que se acercaron lentamente hacia el profesor. Ambos chavales cursaban segundo de bachillerato en el Colegio San Lazaro, uno de los últimos internados masculinos que todavía quedaban en el país. Rojas tenía dieciseis años, era un chico estudioso y querido por todos los profesores, si bien era tímido en exceso y no conseguía congeniar con sus compañeros. Por el contrario Canales era un chico popular. Era mayor que sus compañeros de clase porque había tenido que repetir algunos cursos durante sus estudios. El profesor Dirac los había llamado a parte para solucionar un problema de disciplina, en realidad había sido Rojas quien se había quejado al profesor sobre el comportamiento de Canales.

"Por favor señores, acompañenme a mi despacho." Dijo el profesor.

Canales sabía que estaba metido en algún lio, pero no sabía cual ni se explicaba la presencia de su compañero de clase. Canales nunca había tenido la más mínima relación con el mocoso del Rojas. Los tres entraron en el despacho del profesor, una habitación espaciosa, decorada con abundantes muebles antiguos y con un tanto de mal gusto. El profesor Dirac se sentó en su sillón, detrás del escritorio, mientras los chicos esperaban expectantes.

"Rojas, haga el favor de acercar una silla y sentarse." Fue obedecido. "Usted Canales quedese en pie." Dijo el profesor.

En ese momento Canales supo que estaba metido en un buen lio, si bien todavía su mente no alcanzaba a comprender la magnitud de la tragedia que le esperaba.

"Bien, Canales, no estoy muy contento con su comportamiento, más bien diría que estoy extremadamente disgustado con su conducta."

Canales dirigió su mirada al suelo. Rojas por el contrario no apartaba la vista de su compañero. Le gustaba mirar a Canales, no sabía muy bien que era lo que le atraía del chico, pero en clase no podía dejar de mirarlo y en los vestuarios después de las clases de gimnasia había una cuerda invisible que unía los ojos de Rojas con el pecho desnudo de Canales, o con sus muslos o, en raras ocasiones, con su polla desnuda después de una ducha. Canales era uno de los pocos muchachos que se duchaba en los vestuarios y no le importaba mostrar su cuerpo a todo el mundo. Nunca paso por la cabeza de Rojas hacer tal cosa, eso solo era posible para chicos interesantes como su ídolo Canales. Y fué en una de esa ocasiones en el vestuario que Rojas pasó por uno de los momentos más humillantes de su vida. Canales estaba desnudo y secandose con una toalla. Rojas mirando fijamente y de pronto, Canales se le acerca y le grita:

"Y tu que miras maricón, ¿nunca has visto una polla?"

Todo el mundo lo oyó, pero por suerte no hubo ningún comentario. Probablemente era obvio para todos sus compañeros que Rojas era gay y que en general no apartaba su vista de Canales. Por otro lado, muchos de los compañeros de Rojas no querían enemistarse con él, por si en algún momento necesitaban de su ayuda en matemáticas o física. Rojas estubo preocupado y pensando en esa escena durante todas las horas del día, en clase, en la cama...durante varios días seguidos, hasta que llegó a la conclusión que Canales era un ser diabólico, su enemigo del alma y que debía hacer algo al respecto. Y lo que hizo fue simple. Se armó de valor y fue a hablar con el señor Dirac, uno de los profesores más veteranos de San Lazaro y le contó una historia ligeramente desvirtuada. Le contó que Canales le tenía atemorizado, que por algún motivo desconocido le odiaba y que un día en el dormitorio le había llevado hasta la mitad de la sala y le había obligado a bajarse los pantalones, en frente de todo el mundo, mientras se reía de lo pequeños que eran sus genitales. Evidentemente la historia era en esencia falsa, pero había producido el efecto deseado. Ahora ahi estaban, Canales de pie en frente del profesor Dirac, cabizbajo, esperando una reprimenda y posiblemente algo más y Rojas disfrutando de cada momento.

El profesor continuó. -"Probablemente ya se imaginará que es lo que le ha traido hasta aqui, pero por si tiene alguna duda se lo voy a recordar. En esta escuela no toleramos la falta de respeto ni los abusos, y lo que usted ha inflingido a su compañero Rojas no tiene otro nombre. Usted se cree que por ser unos años mayor y ser más fuerte puede abusar de sus compañeros, pero vamos a ver ahora quien es el fuerte y quien el gallina. Llevo ya tiempo mosqueado con su conducta y esto ha sido la gota que rebosa el vaso. He decidido imponerle un castigo ejemplar que no va a olvidar y en la línea de sus juegos, asi sabra como se sientes sus víctimas. Parece que gusta de opinar sobre el tamaño de los genitales de sus compañeros, vamos a ver si tiene motivo para ello. Desnudese." Le ordenó. Canales estaba totalmente desconcertado. No tenía ni idea de lo que el profesor hablaba, no entendía porque Rojas estaba en el despacho y lo de desnudarse le hizo poner mucho más nervioso si cabe. Decidió pedir explicaciones y aclarar la situación.

"Perdone profesor Dirac, pero no se de que me está hablando, yo no he hecho nada ni he abusado de nadie..."

No puedo terminar su pésimo alegato, Dirac se puso en pie enfurismado y le cortó en seco:

"Si sabe lo que le conviene callese y obedezca. Si vuelve a abrir la boca el castigo que tenía previsto para usted se duplicará. Mejor dicho, usted acaba de conseguir doblar su castigo. Y ahora desnúdese y calle."

Canales era un chaval fuerte, de manera que, sin llorar pero con la cara enrojecida, empezó a desnudarse. Se quitó el jersey, luego se desabrocho los deportivos y se los sacó, desprendiendo un olor dulzón. Rojas estaba hipnotizado y no reaccionaba. Por supuesto que el profesor no pudo evitar notar la atención con que Rojas examinaba la situación. Canales continuó quitandose la camisa y dejando su torso adolescente y bien formado al descubierto. El chico era de naturaleza morena y tenía un aspecto de lo más saludable y atractivo. Su pelo rizado no sólo cubría la cabeza sino que tímidamente se extendía tambien por la parte superior del pecho, si bien no se podía decir que fuera peludo ni mucho menos. Un poco más abajo, más allá del ombligo, el pelo volvía a crecer para luego esconderse dentro de los pantalones. Canales dudo un momento, pero la mirada fulminante del profesor le indicó que debía continuar y quitarse los pantalones, que se llevaron en el camino a los calcetines. Si bien Rojas había antes visto a Canales en calzoncillos e incluso completamente desnudo, la visión de ahora le excitaba de una forma completamente nueva para él. En primer lugar no tenía que esconderse, podía mirar a Canales tanto como le apeteciera y de hecho estaba precisamente ahi con ese proposito. En segundo lugar, ahora Canales no estaba pavoneandose, todo lo contrario, estaba humillado y temeroso. Y por fin llegó lo inevitable, el profesor preguntó a Rojas:

"Usted cree que su compañero está desnudo?"

"No señor" Respondió Rojas tímidamente.

"Canales, quitese esos calzocillos de una vez y por hacernos perder el tiempo su castigo acaba de duplicase de nuevo." Dijo el profesor con voz autoritaria.

El chico Canales estaba realmente en apuros y no precisamente por causa de su compañero de clase. Desde el primer día que Canales ingresó en la escuela San Lazaro, Dirac estubo encaprichado con él. El chico era guapo, seguro de si mismo y altivo. Precisamente las cualidades que Dirac admira en un chico, porque no hay nada que excite más al viejo profesor que someter y anular la voluntad de un chaval, y si ademas es guapo, nada puede poner freno a su lascibia. En el pasado, Dirac había tenido que contentarse con castigar a Canales con arrestos de fin de semana o copiar la lección, castigos que parecían no tener otro efecto que aumentar la popularidad y el ego del chaval. Pero por el contrario, hoy tenía a un chico lloroso, cabizbajo y casi desnudo enfrente suyo. Podía usar la denuncia de Rojas, verdadera o no, como excusa perfecta para explicar la necesidad de un castigo ejemplar, pero no podía excederse si no quería ponerse en apuros con la autoridad. Canales se quitó finalmente los calzoncillos, quedando completamente desnudo y a la vista de los dos testigos. Ahora Rojas pudo comprobar que el pelo rizado de debajo el obligo continuaba hacia la polla y cubría unos huevos grandes y colgantes y continuaba hacía atras, llenando completamente la raja del culo. Rojas pudo comprobar que las piernas musculosas y ligeramente peludas de Canales estaban perfectamente proporcionadas. Rojas puedo disfrutar contemplando esa cara de muchaco avergonzado y temeroso. Nunca antes lo había visto tan guapo.

El profesor continuó instigándole: "Bien, si está tan orgulloso de su dotación deje que su compañero y yo la podamos admirar en todo su explendor. Ponga las manos detrás de la cabeza y separe las piernas tanto como le sea posible."

El chico obedeció. En los pantalones de Dirac una polla sedienta estaba pulsando y pidiendo a gritos más espacio. En los pantalones de Rojas, una polla adolescente estaba ya completamente empalmada. Nunca antes había tenido ese tamaño. Dirac se acercó a Canales y con con unos golpecitos suaves en la parte interna de sus muslos, indicó a Canales que debía espatarrarse más y que no podía doblar las rodillas. Canales se abrió más y más de piernas, el dolor en la ingle era considerable. Pasaron unos minutos en silencio. Finalmente el profesor volvió a hablar:

"Como con su mal comportamiento ha perjudicado especialmente a su compañero Rojas, ahora ha llegado el momento de resarcirle. Voy a dejar que su compañero decida el castigo que usted se merece. ¿Que le parece eso Rojas, como debo castigar a su compañero?"

"No sé señor.." Respondió tímidamente.

"Venga, hombre, un poco de imaginación. Piense en lo que sufrió usted en el dormitorio cuando Canales le obligó a desnudarse y empezó a hacer comentarios humillantes. Me imagino que no disfrutó en esa situación."

"No señor, lo pasé muy mal."

"Bien, pues ahora tiene la posibilidad de resarcirse en parte. Cree que debemos llamar a los padres de Canales y expulsarlo del colegio durante unos dias, o mejor le imponemos una tarea a cumplir durante sus horas libres, como pudiera ser limpiar los retretes del colegio o tal vez prefiera algún tipo de castigo físico, por ejemplo, no se, correr alrededor del campo de futbol o hacer abdominales... Usted decide."

"No se profesor, no me gustaría que expulsara a Canales, creo que sería mejor lo del castigo físico o la tarea comunitaria."

El profesor rió para sus adentros. "Bien, no tiene porque decidir entre uno u otro, podemos combinarlos. Podemos hacer que limpie los retretes durante una semana y también que haga ejercicios físicos. La ofensa de Canales es importante y podría merecerse perfectamente la expulsión. Si permitimos que se quede en el colegio me parece justo que el castigo alternativo sea severo. ¿Que le parece entonces esta última opción? "

"Si, me parece bien."

"De acuerdo, ahora tenemos que determinar el grado y duración del castigo. Por un lado tenemos la limpieza de los retretes dos veces al día durante una semana. ¿Le parece una semana suficiente o mejor lo ampliamos a dos?

"Creo que una es suficiente."

"Bien, entonces el castigo físico deberá ser duro. ¿Que le parecería correr alrededor del campo de futbol durante media hora y luego otra media hora de abdominales y flexiones?

"Me parece bien, señor" Contestó Rojas excitado ante la perspectiva.

"Pero alguien deberá comprobar que Canales cumple con sus obligaciones y me parce que debido a las circumpstancias de este caso, usted Rojas debe ser esa persona. ¿Le parece que tendrá tiempo para hacerme ese favor.?"

"Por supuesto, profesor Dirac." Se apresuró a contestar. Canales seguía ahí desnudo, intentando mantener el equilibrio en esa posición tan incómoda, con las manos en la nuca y siguiendo con terror como se desarrollaba la conversación.

"Perfecto, en ese caso creo que lo mejor será dejar a su criterio la cantidad de ejercicio físico que Canales deba soportar. Si usted cree que la limpieza de los labavos no ha sido satisfactoria o que Canales no se esfuerza lo suficiente en cumplir con los ejercicios físicos, usted Rojas podrá incrementar su dureza o su duración, incluso extenderlo por varias semanas, según su criterio. Y usted Canales, ya ha oido nuestra decisión. Espero que esté agradecido a su compañero por haberle perdonado la expulsión del colegio. Ahora simplemente obedezca lo que Rojas quiera ordenarle. Si recibo noticias de que no se porta bien, me ocuparé personalmente de su caso y la expulsión estará garantizada. Ahora puede vestirse y empezar a cumplir con sus obligaciones. Y sinceramente espero que esta experiencia le sea provechosa y aprenda de ella"

Canales se vistió deprisa y ambos chicos salieron del despacho. No se habían alejado ni dos metros de la oficina cuando Canales amenazó a Rojas:

"Esta me la vas a pagar."

"Tu castigo acaba de prorrogarse por otra semana y ahora calladito si no quieres que Dirac te expulse definitivamente."

La determinació de Rojas impresionó y calmó un poco a Canales, que le echó una mirada desafiante, pero no abrió la boca.

"Mejor empieza ahora con la limpieza de los retretes, en una hora voy a revisar como han quedado, espero que estén relucientes."

Rojas se retiró a su habitación mientras Canales se hacía con todos los trastos propios de limpieza y empezaba a restregar los lavabos con desgana. Sabía que estaba metido en un lio y no veía forma se salirse de él. Sabía que Rojas le estaba haciendo una putada y sabía que nunca había estado tan cerca de ser expulsado del colegio. Sabía que Dirac se la tenía jugada y que aprovecharía cualquier excusa para joderle. Canales no podía ver la luz, de manera que restregó y restregó hasta que los lavabos estubieros decentes. No había acabado todavía cuando Rojas estubo ya de vuelta.

"Esto sigue hecho una mierda, espero que en el futuro te esmeres más."

Y sin esperar la respuesta de Canales, Rojas se abrió la cremallera y empezó a mear fuera de los retretes, dejando un enorme charco de orina en el suelo.

"No puedes llamar a esto limpio. Seca este meado ahora mismo."

Canales empezó a llorar de nuevo en silencio, pero cogió la mopa y secó el meado de Rojas. Estaba completamente resignado a su suerte.

"Bien, en cuanto hayas guardado los trastos de limpieza, baja al gimnasio, te estaré esperando para tu castigo de hoy."

Rojas fue al gimnasio y esperó excitado la llegada de Canales, que no tardó en aparecer, cabizbajo y silencioso.

"Ve al vestuario, ponte los pantalones de deporte y una camiseta y vuelve aqui en cuanto antes."

Canales regresó en pantalón corto de deporte, camiseta holgada y zapatillas de deporte.

"Puedes empezar a correr, te avisaré a la media hora. Y si no corres con ganas te aumentaré el tiempo al doble, así que esfuerzate un poco."

Canales empezó a correr alrededor del campo de futbol con suficiente energía. Estaba en buena forma física, de manera que no tubo problemas durante los primeros diez minutos, pero Rojas le ordenaba acelerar con cada vuelta, y empezó a sentirse agotado y con dificultad para respirar. Rojas estaba extasiado con la contemplación de ese cuerpo musculoso y potente. Musculoso, potente y ahora agotado y sudado. Su camiseta gris estaba completamente empapada y la expresión de la cara de Canales era de dolor y esfuerzo. Pero Rojas estaba ya soñando en como disfrutaría durante las flexiones y abdominales. Tantas gans tenía de llegar a esa etapa que acortó la carrera de Canales en diez minutos. Ya habría otras ocasiones de tenerle corriendo durante horas.

"Canales, entra al gimnasio, vamos a empezar con las flexiones." Respirando trabajosamente y con el cuerpo medio doblado por el esfuerzo, Canales entró en el gimnasio y esperó de pie las indicaciones de su amo. "Quiero que cada uno de los ejercicios sea perfecto. Durante los abdominales no levantarás el culo del suelo. En las flexiones, sólo la punta de tu nariz tocará el suelo. Esta vez no vamos a contar los ejercicios, simplemente harás abdominales y flexiones hasta que yo te diga que es suficiente. Quiero comprobar que los ejercicios son perfectos y que no haces trampa, de manera que será mejor que te quites la camiseta. Puedes empezar."

Canales se quitó la camiseta sudada y después de dudar unos segundos, se hecho al suelo y empezó con los ejercicios. El torso musculoso y en tension de Canales hacía que la polla de Rojas se pusiera al cien por cien y también aumentaba sus exigencias. Cada abdominal debía ser perfecto, a la media hora Canales a penas podia hacer una abdominal cada tres minutos, pero Rojas le obligaba a continuar, cada minuto que pasaba Canales estaba más agotado, rojo y sudado y también más atractivo. Finalmente Rojas le mando empezar con las flexiones y a los quince minutos decidió que el castigo se había terminado por hoy.

"Por hoy hemos terminado, ahora ve a darte una ducha y a la cama."

Canales fue hacia los vestuarios y Rojas le sigió.

"Quiero darme una ducha", protestó Canales.

"Eso espero."

Como Rojas no apartaba la vista de Canales, éste decidió ducharse con los calzoncillos puestos y durante todo el tiempo Rojas le siguió de cerca . Evidentemente en San Lazaro las duchas de los vestuarios no tenían ningún tipo de puerta. Cuando Canales empezó a secarse, Rojas intervino.

" No creo que estés limpio, sacate los calzoncillos y vuelve a ducharte. ¿O a lo mejor prefieres volver al campo de futbol y correr otra media hora?"

Canales estaba agotado, de manera que decidió contentar a Rojas, desnudarse completamente y volver a meterse en la ducha. Mientras observaba a su compañero ducharse, Rojas tubo una idea genial, que no esperó en comunicarle:

"A partir de ahora quiero que cada vez que te duches aqui en los vestuarios, te pases cinco minutos desnudo y fuera de la ducha antes de vestirte. Quiero que todo el mundo que quiera ver tu cuerpo lo pueda hacer libremente. Durante esos cinco minutos estarás de pie, las piernas separadas al menos dos palmos, nada de trucos, no te taparás la polla con toallas, las manos o ninguna otra cosa y te recorrerás el vestuario de punta a punta al menos dos veces, ¿entendido? Si no me obedeces te arrepentirás. Puedes empezar ahora a modo de ensayo, cuando el vestuario esté lleno de chicos no te resultará tan fácil."

Canales se tragó su amor propio y empezó a pasearse con desgana, desnudo, todavía empapado y con las piernas separadas en una posición poco habitual. Rojas no podía esperar a mañana para ver a su esclavo pasearse enfrente de todos los chicos y se complacía de haber tenido una idea tan genial. Canales se preguntaba si sería capaz de obedecer esa orden con el vestuario completamente lleno y cual sería su castigo si no conseguía hacerlo. En ese momento, el profesor Dirac entró de un golpe por la puerta del vestuario, como intentando sorprender a alguien. Canales seguía desnudo y Rojas estaba comletamente vestido y sentado en el banco.

"He decidido pasarme por aqui para comprobar que todo está funcionando bien." Y con esas palabras el profesor se acercó a Canales y le agarró por el pescuezo. "¿Se está portando bien, señor Canales? ¿Hace todo lo que Rojas le ordena?"

"Si señor,"

"Así me gusta, bueno, pues si todo va bien no les entretengo más, pueden continuar con lo que estubieran haciendo."

Y de esta manera Dirac volvió a hacer patente para ambos chicos que aprobaba las decisiones de Rojas, fueran las que fueran. Embalentonado por la visita, Rojas quiso ir un poco más lejos.

"No te vistas todavía, quiero que te disculpes por lo que me hiciste pasar en esta habitación hace unas semanas."

"Por favor, basta ya." Dijo Canales agotado.

"Disculpate como es debido y te puedes ir a tu habitación."

"Siento haberte insultado."

"Eso me temo no es suficiente, dime como me insultaste, el motivo y el porque eso no está bien."

"Lo siento, de verdad, te llamé ..maricón porque me mirabas cuando me duchaba, pero tenías todo el derecho a mirar, al fin y al cabo ésta es una sala común y yo no me vestí con la suficiente rapidez. Lo siento"

"Esto significa que te gusta exhibirte a tus compañeros, ¿verdad?"

"Si señor."

"Entonces no debe sorprenderte que alguno de los más valientes decida hacer esto, ¿verdad?" Y mientra pronunciaba "verdad" con fuerza y los dientes apretados, agarró el paquete de Canales con su mano extendida y empezó a restregarlo rudamente. "No debe sorprenderte, ¿verdad? responde!."

"No señor."

"Entonces, si es esto lo que te gusta, dime porque estás intentando evitarlo con tus manos. Mejor pon esas manazas detrás de la cabeza, ponte ergido y separa las piernas para darme fácil accceso a tus partes. Esta tarde ya has practicado esa postura en el despacho de Dirac y lo hacías muy bien, debe empezar a resultarte familiar."

Canales obedeció sin decir nada, separando las piernas y recluyendo sus manos detras de la nuca y Rojas continuó atizando suavemente los huevos del chico. Éste empezó a empalmarse y Rojas aprovechó para agarrar la polla y doblarla hacia atrás, causando una queja de dolor en su esclavo. Luego acarició las nalgas peludas y pasó el dedo por la raja del culo. Era agradable tener ese cuerpo joven, musculoso, atractivo y recien limpio tan a mano. Pero Rojas no sabía muy bien como continuar, de manera que ordenó a Canales vestirse e ir a su cuarto. Una vez Canales había salido de los vestuarios, Rojas se metió en uno de los cubículos y se masturbó.Tubo el mayor orgasmo de su joven vida. Esta fué tambien la última vez que Rojas se correría sólo.

Fin del primer capítulo.

En el segundo y último capítulo, Canales puede:

A---Resignarse a su suerte, aceptar todos y cada uno de los imaginativos castigos que Rojas decida imponerle, y convertirse en un esclavo ejemplar, deseoso de agradar a Rojas y temeroso de sus cambios de humor.

B---Canales puede también decidir revelarse, forzando a Rojas a buscar la ayuda de Dirac. Este escribirá al padre de Canales comunicandole que su hijo será expulsado por dos semanas. El estricto padre decide que será mejor y más fácil que su hijo se quede en el internado, aunque no atienda a clase y pide a Dirac que durante esas dos semanas azote a su hijo sin contemplaciones.


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